8 sept 2012

Retenciones, ese chancro en la ganadería.

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 En los primeros 7 meses de 2012 se exportaron 121 mil toneladas de productos cárnicos, 18 mil menos que en el mismo periodo del año pasado. Esto representa una reducción en el monto exportado de 109 millones de dólares. El precio promedio de la tonelada fue 6.124 dólares, 3 dólares menos que el promedio durante el mismo periodo del año pasado.
De nuestros 10 principales clientes, sólo Rusia y Venezuela pagaron precios en promedio menores a los del año pasado, pero casi todos compraron cantidades inferiores. El único país que compró mas que el año pasado es Chile, posiblemente por el brote de aftosa en Paraguay.
Una explicación de los menores volúmenes exportados no proviene de los precios de la carne, pero sí del precio de los novillos.
Durante el mes de agosto, los frigoríficos argentinos debieron pagar en promedio 5 centavos de dólar más por kilo de media res que sus colegas uruguayos, 19 más que los australianos y 60 más que los brasileños. Como si esto fuera poco, ninguna de estas naciones cobra retenciones a sus exportaciones de carne, ni tienen la incertidumbre sobre si se les otorgarán los ROEs que tienen los frigoríficos argentinos.
Por otro lado, el engordador no recibe dólares sino moneda local. Eso, no es un problema en países con inflaciones del 10% como Uruguay, 5,5% como Brasil o 2,2% como Australia, pero sí en Argentina. Con una inflación extraoficial que supera el 20% quedarse con los pesos en la mano es un problema. Claro que siempre puede preservarse el valor de lo producido comprando dólares… en el mercado informal, ya que la venta formal no contempla el atesoramiento en moneda extranjera. En ese caso, ya no estaremos hablando de un novillo a 3,63 dólares por kilo al gancho, sino de un número cercano a 2,5.
No sólo se exporta menos, además se produce más. Durante los primeros 7 meses de 2012 la oferta de carne aumentó un 3%. Como reflejo de lo que ocurre con las exportaciones, la faena de novillos aportó un 6% menos que el año pasado y la de terneros un 30% más. Sabido es que el consumidor local prefiere los cortes provenientes de animales chicos.
También aumentó la participación en la faena de vacas (+7%), vaquillonas (+6%) y terneras (+1%) respecto a los 7 primeros meses de 2011. De este modo el promedio de hembras faenadas pasó del 38,8% en 2011 a 40,1 en 2012 y 41,6% en los meses de junio y julio. Recordemos que, en teoría, cuando la faena de hembras supera un 43% el stock ganadero cae, por lo cual no debería esperarse mucha mas recuperación del rodeo nacional que la vistas hasta el momento.
Con una relación entre lo faenado y lo exportado inferior al 10%, algo que sólo se recuerda en años de brotes de aftosa, es esperable que los precios de la hacienda gorda sigan estables o bajen, dependiendo de lo que suceda con el poder adquisitivo de los consumidores.

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