1 sept 2015

Agosto. Invernada



Con todas las salvedades del caso, o sea inundaciones y cese de comercialización, también para el mercado de invernada terminó el mes de agosto.
Más allá de los inconvenientes puntuales de esta coyuntura, agosto suele ser el mes de menor volumen negociado y a partir del cual las cabezas aumentan hasta diciembre. En este caso no fue la excepción y la merma se vio incrementada por los fenómenos antes mencionados.
En el acumulado de este año 2015 los machos de invernada contabilizados por el portal Entre Surcos y Corrales, han sumado un 7% menos que en el año anterior. Este faltante es muy importante en las categorías menores a 190 kilos y apenas perceptible en las superiores. En cuanto a las hembras para invernar o recriar, la escasez es muy superior: Un 17% menor en total, más acentuado en las categorías de menos de 190 kilos pero igualmente importante en las categorías mayores.
En lo que a precios se refiere, los machos de menos de 260 kilos se negociaron en promedio a precios 3% superiores a los del mes pasado y 19% por encima de los valores para igual mes de 2014. Los machos de más de 260 kilos no exhibieron variaciones considerables respecto a julio y apenas han ganado 13% respecto a agosto del año pasado.
Las hembras, registraron incrementos del 3% en sus precios promedio respecto al mes pasado y registran un aumento interanual del 20% en las categorías de menos de 210 kilos y del 18% en las más pesadas.
Cabe recordar que Argentina disfruta de un maravilloso proceso inflacionario que, según la fuente que se tome, asciende al 25 o 27 % anual. Pocas naciones en el mundo pueden deleitarse con tan diferido fenómeno. Sabido es que la inflación no afecta todos los insumos todo el tiempo de la misma manera, a pesar que todos los precios se mueven todo el tiempo hacia arriba. Por ejemplo, podemos tomar los salarios rurales, que aumentaron 35% este año o la vacuna anti aftosa que en algunos casos aumentó más del 50%. Dicho esto, podemos sospechar que el poder de compra de la hacienda de invernada ha decrecido en el último año de forma considerable en las categorías livianas y de forma preocupante en las más pesadas.
También es oportuno recordar que los precios de la hacienda gorda no han tenido una evolución favorable en el último año, de hecho su magro 6 a 7 % de incremento es inferior a los aumentos de la invernada, y ni hablar respecto al resto de los costos de los engordadores. Esto podría explicar cómo ante una disminución tan notable en la oferta de terneros y terneras los precios de los mismos no sean capaces de mantener una performance más decorosa frente a la inflación: Los compradores no tiene plata. Ni el regalado precio del maíz (que cotiza aproximadamente -30% respecto al año pasado) ni la esperanza que despiertan las próximas elecciones parecen ser suficientes para dar coraje a los productores ante un clima complicado por el fenómeno del Niño. Aquellos que ya lo están sufriendo, comienzan a cuantificar las pérdidas por inundación y aquellos que todavía disfrutan de un húmedo y templado invierno comienzan a preocuparse: A cualquiera le puede tocar ser el próximo evacuado. En general, solo cabe esperar que el clima se apiade y no cunda el pánico: Ante una demanda tan floja un aumento en la oferta podría ser fatal para el precio y los márgenes de la actividad ganadera.