3 mar 2016

Ríos de tinta

Si bien mucho se ha hablado sobre el precio de la carne, en especial en lo que refiere al precio pagado por los consumidores, es posible decir todavía algunas cosas sobre la situación presente y sobre el futuro cercano del negocio ganadero:
Respecto a la situación presente, se observa que Los precios promedio de la hacienda gorda en el mercado de Liniers durante el mes de enero fueron entre 48% y 53% superiores a los del mismo mes de 2015, salvo para las vacas que solo aumentaron 28%. Si tenemos en cuanta que la inflación anual medida por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue de 28,9%, podemos decir que los precios reales se incrementaron entre 18 y 23% respecto los del año pasado, salvo para las vacas que quedan 2% más baratas.
Si bien todavía no tenemos datos de la faena de enero, cabe aquí recordar que la producción total de carne vacuna del último trimestre de 2015 fue 4% inferior a la del mismo trimestre de 2015 siendo diciembre el mes de mayor diferencia interanual, registrando un faltante equivalente al 5% de la oferta total.
Esta reducción de la faena se origina en el proceso de retención de vientres que, si todo sale bien, se convertirá en un aumento del stock bovino en el próximo año. En el último trimestre de 2014, 46 % bovinos faenados fueron hembras, o sea potenciales madres. En  el último trimestre de 2015 esta proporción bajó  a 41 %.
En el mes de enero en el mercado de Liniers se vendieron para faenar 18% menos animales que en enero del año pasado, por  lo cual no deberíamos esperar que los datos de faena de dicho mes sean mayores a los de diciembre. Las categorías que más han bajado su participación en el mercado son las hembras: (-25%) las vacas, (-35%) las terneras y  (- 20%) las vaquillonas, por lo que podemos suponer que la reducción de la oferta sigue siendo generada por la retención de vientres.
Por el lado de las exportaciones, el año 2015 cerró muy pobremente: Las 122 mil toneladas vendidas al exterior durante diciembre equivalen al 5,6% de la producción total y son 36% menores a las del mismo mes del año pasado.  Si bien enero comienza a mostrar síntomas de recuperación, por ahora solo llega al nivel de octubre del año pasado y tiene nulo impacto en la oferta total y, por ende, en el precio de la carne.
También en la producción de pollo se produjo una reducción en el volumen del cuarto trimestre de 2015 equivalente al 4% del mismo trimestre de 2014, con un mes de diciembre 6% por ciento menor al del año previo.
Al igual que con la carne vacuna, estas reducciones en la oferta pueden explicar fácilmente las mejoras registradas en los precios del pollo, que de enero 2015 a enero 2016 aumentó 48% por ciento y que en diciembre registraba una diferencia positiva interanual del 61% por ciento.
En lo que respecta al futuro, un indicio interesante nos da el portal Entresurcosycorrales.com: Se están vendiendo más invernada que el año pasado, y este incremento está concentrado en las categorías más livianas. Además, el crecimiento de la oferta de terneras es menor al crecimiento de la oferta de terneros, lo cual parece indicar que la retención de vientre continúa, pero a ritmo más calmo. En líneas generales, tanto los machos como las hembras de recría e invernada registraron en enero un aumento interanual del 46% por ciento, con lo cual mantienen muy parecida su relación de precios con el gordo. De mantenerse estos volúmenes vendidos, podemos esperar un escenario más distendido para las compras de hacienda de los engordadores y precios menos firmes para la invernada.
Tampoco ayudaría demasiado a los precios de la invernada el incremento sufrido por los precios del maíz: Por ejemplo la pizarra de Rosario que en enero de 2015 promediaba en baja  $988 pesos por tonelada, en enero de 2016 promedió $1933 por tonelada  y en suba. Este aumento interanual superior al 100 % seguramente impactará en los costos de los engordadores a corral, y parece razón suficiente para dudar de su capacidad de éstos para ofertar precios mayores a los actuales por los animales de invernada.