Liniers. Semanal. Promedio general y cabezas negociadas |
El promedio general del mercado de hacienda de Liniers fue la semana pasada de $ 7,93 por kilo. Eso es $ 1,36 menos que en la primera semana de marzo de este año y es un valor que ya se alcanzó en marzo de 2011. El año pasado a fines de septiembre el promedio general era $ 8,17 por kilo, o sea un valor que desde junio de este año no se alcanza en el mercado.
Las vacas promedian $ 5,91 y acumulan 96 centavos de retroceso desde octubre del año pasado, un 10 menos que a finales de septiembre del año pasado.
Los novillos retroceden desde marzo $ 1,46 promediando $ 8,44 o sea lo mismo que hace un año. Si a esto le agregamos el 20% de aumento de precios que buenamente calculan las consultoras privadas, tenemos que para comprar lo mismo que el año pasado con un kilo de novillo, este debería valer $ 10,13
Si bien el año pasado también se alcanzaron los precios máximos en el otoño para luego ir descendiendo hasta fin de año, este año es mucho mas fuerte la tendencia. Por ejemplo, los terneros, el año pasado perdieron de marzo a diciembre un peso. Este año desde marzo hasta la semana pasada ya lleva 2 pesos y promedia $ 9,57.
Liniers. Semanal. Promedios por categoría. |
En este sentido el consumo de buen poder adquisitivo está bien cubierto.
Las exportaciones son escasas, como es esperable con retenciones y ROE´s en un mercado internacional muy selectivo y signado por la sequía de Estados Unidos. Esta situación seguirá complicando a los frigoríficos y de mantenerse puede generar faltante de cortes económicos en el mercado en el mediano plazo.
El clima local todavía no ha ayudado a recuperar la oferta forrajera de los campos de engorde tradicional. Zonas en las cuales las lluvias no han llegado, como el norte de Santa Fe y Córdoba, y zonas inundadas en las cuales las pasturas se han perdido o reducido drásticamente su producción, difícilmente retengan los animales una vez gordos.
Un factor adicional, que en años anteriores no pesaba, es el aumento de aquellos costos que no tienen que ver con la reposición. Esto lleva a los engordadores a corral a terminar los animales más livianos a medida que la relación de precios entre el ternero de invernada y el gordo se aproxima a 1,1. En este sentido, el peso mínimo de faena ha demostrado no ser útil para producir “más carne con los mismos animales”. Con las actuales reglas lo único que aumenta los pesos de faena son precios altos de la invernada, que obliguen a los engordadores a recuperar el costo de reposición en más kilos ganados.
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