Según el departamento de agricultura de los Estados Unidos de América
(USDA, por sus siglas en inglés) durante 2013 el mercado argentino
consumió 2.620.000 toneladas de carne vacuna, 1.701.000 toneladas de
carne de pollo y 419.000 toneladas de carne de cerdo. Sumando estas
cantidades y dividiendo luego por la cantidad de habitantes del país (42
millones y monedas) encontramos que, en promedio, cada habitante de la
república comió en 2013 111 kilogramos de carne. Mundialmente, un
consumo altísimo.
Dado que el USDA considera un solo dato a toda la Unión Europea (a
pesar que la integran diversos países), y esto baja su promedio, solo
existe una nación en el mundo que coma más carne por habitante al año
que Argentina: Los Estados Unidos de América, con 114 kilos.
Esto, con una salvedad: Se le computan 7 kilos por habitante por año
de carne de pavo que en Argentina ni sabemos que gusto tiene. Más abajo
en el ranking de consumo aparecen Brasil y Australia con 100 kilos.
Claramente, ser exportadores netos de carne no les impide mantener a sus
mercados internos muy bien abastecidos.
En los números de carne vacuna, más precisamente, ninguna nación
tiene consumos superiores a los nuestros (al menos según los datos del
USDA) y el segundo consumidor mundial, Uruguay, se come 10 kilos menos
por habitante por año. A pesar de eso, no parece que el pueblo
rioplatense hermano sufra una carestía cárnica. De ahí, para abajo,
vienen Brasil, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. Todos países
exportadores y luego Chile: El país no exportador de carne que mayor
consumo por habitante tiene: unos 24 kilogramos al año.
En vista a los párrafos anteriores, y considerando que las
exportaciones se encuentran cerradas por vía de los permisos de
exportación y limitadas por las retenciones, cupos, cuotas y
encajes; queda claro que el futuro del negocio ganadero no es muy
promisorio. El mercado local ya no puede comer más carne.
De hecho, en vista a las últimas noticias sobre las negociaciones
salariales, puedo sospechar que será afortunado si logra mantener su
consumo del año pasado. Los sueldos no solo parece que perderán frente a
los alimentos, además parece inminente una reducción a los múltiples
subsidios que recibe la población urbana, lo cual reducirá la cantidad
de dinero disponible por los consumidores para alimentarse. Puede
inferirse entonces que cualquier aumento en la producción cárnica local
resultará en menores precios, los cuales son actualmente bajos.
Estableciendo como criterio para definir un precio como alto o bajo a
la respuesta del consumidor, es interesante señalar que el consumo de
carnes total (Vacuno, aviar y cerdo) aumentó 3 kilogramos entre 2012 y
2013 y 9 kg desde 2011. Considerando únicamente carne vacuna, el
aumento de consumo en 2013 es de 3 kilogramos desde 2012 y 6 desde 2011.
No hay mucha ciencia: Si la carne fuera cara su consumo disminuiría.
Consideremos también que los costos de producción han venido subiendo
en los últimos años, y no parece que la última devaluación del dólar
vaya a ayudar en ese sentido, más bien todo lo contrario.
Carne barata y costos en alza, son factores que no parece se vayan a
modificar en el corto plazo, y siempre existe la posibilidad de entrar
nuevamente en una fase de franca liquidación de los stocks ganaderos
(También conocida como “La vaca no me deja un peso, mejor la dejo en la
feria”) que podría aumentar más el volumen faenado y deprimir el precio,
como señalaba más arriba. Liquidación del stock, a nadie debería
extrañar: La ganadería es una actividad productiva con fin de lucro, no
una carga pública ni una obligación moral.
Para cerrar el panorama, solo del plano climático pueden aparecer
buenas noticias: Si se da, como anuncian, un año lluvioso (fenómeno del
Niño mediante) pueden reducirse los costos de producción y los ganaderos
tendrán un incentivo para retener las terneras que se convertirán en
madres después del 2015. Esto bajaría la oferta de hacienda y
tonificaría sostendría los precios… pero ya sabemos que con el clima
nunca se puede estar seguro de nada.
Publicado en Visión Nacional y Revista Chacra
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