El mundo es ancho, ajeno... y quiere comer carne. El mundo es, digamos, "clasemediero". Prefiere un cacho de carne a un sabrosísimo plato de arroz o, por lo menos, que sea arroz con menudos de pollo.
Por lo que nos cunta el USDA (Fuente de toda razón y justicia), el mundo quiere comer carne. Como no todos los países producen la cantidad de carne que necesitan, existe un importante comercio internacional en el rubro.
Este comercio internacional de carne bovina, porcina, y aviar (pollo y pavo), viene creciendo duro y parejo desde hace rato. Solo entre 2011 y 2012 las importaciones (y su contrapartida, las exportaciones) de carnes crecieron un 4.10% y se espera que entre 2012 y 2013 crezcan 2.72% mas. Para ponerle una referencia al número, digo que ese 2.72% de crecimiento, o sea 613 mil toneladas de carne, viene siendo mas de 3 millones de mediasreses de 200 kilos.
En el caso particular de las importaciones de carne bovina, se espera que el crecimiento del 2013 frente a 2012 sea de 6.04%, mejorando el 3.94% que creció entre 2011 y 2012.
Aparentemente, el mundo de la carne no se ha enterado de la crisis internacional, o no le ha importado.
Cualquiera sea el caso, queda claro que la demanda internacional sigue firme y, mas allá de la difícil coyuntura que puedan atravesar algunos países, el mundo sigue girando... mientras se come una hamburguesa.
El comercio mundial de carne bovina tiene interconexiónes que me superan largamente, pero creo que vale la pena mirar quien es quien en este tema: Por un lado, está el grupito norteamericano (en el sentido amplio de la palabra) en el cual los 3 grandes países del norte se importa y exportan entre ellos buena parte del volumen mundial. Parece que estos muchachos manejan un sentido del nacionalismo bastante especial: No les molesta importar lo que necesitan ni exportar lo que mejor les pagan. Junto al grupete ese, va Japón, que les compra a ellos y al Down Under (Los que tienen equipos pulenta de rugby en Oceanía). Por otro lado, tenemos los nuevos ricos del este asiático: Corea del Sur y Hong Kong (Joncón, para los amigos) que, muchos sospechan, no es mas que un pasamanos hacia China.
Algo mas atrás está la Unión Europea, quienes gracias a los paulatinos recortes que le van haciendo a la Política Agraria Comunitaria mantiene su volumen importado, pero van exportando cada vez menos
Luego vienen los latinoamericanos. Por razones disímiles (No tener donde) Chile y Venezuela (No tener papel) aparecen en el top 11 de países importadores de carne vacuna. Cierra el marcador viene Egipto (Cliente de los bubalinos de la India) y el resto del mundo.
Respecto al año pasado, el único que se espera que importe menos carne es Egipto, mientras que Venezuela y Corea del Sur importarían las mismas cantidades. El resto del mundo churrasco, crecería mas (Estados unidos) o menos (Unión Europea).
En este contexto mundial de firme demanda carnicera, Argentina desentona como linyera en el Jockey Club. Se espera que quede en el mercado interno 5.22% mas carne (entre bovina y aviar) que el año pasado y 11.76% mas que en 2011.
Desaprovechando una magnífica oportunidad para posicionarse en los mercados internacionales (Como lo hacen Uruguay, Brasil y Paraguay) saturamos el mercado interno de carnes y nos resignamos a exportar poco y nada.
Ya en 2011 exportamos poco, algo así como el 8% de la faena bovina. En 2012 el 6% y en 2013 parece que, con suerte, subiremos al 6.5%.
Esto podría arreglarse sacando las retenciones, los cupos, la cuota de carne para la barata, el atraso cambiario... y detalles por el estilo, pero son parte central de la política ganadera del gobierno.
Agrego, que el perjuicio no solo es la gran oportunidad perdida. Hay que agregar a la lista el insumo mas importante, el que no se puede comprar: El tiempo. Los años pasan y yo no me vuelvo mas joven ¿Usted?.
Otro efecto perjudicial, muy difícil de ponderar, es el costo de oportunidad relacionado a los puestos de trabajo que no se crearon, los novillos que no se criaron, los pollos que no se desplumaron, las chanchas que no parieron... El costo de haber pensado la economía ganadera como una foto y no como una película. El costo de creer que si exportamos mañana el doble de lo que exportamos hoy, nos va a faltar carne. Como si existiera algún impedimento para crear nuevas fábricas de proteínas animales, mas allá del mal clima de negocios imperante.
Mientras, los costos suben. Algunos al ritmo de la pérdida de valor del peso, otros al ritmo del aumento del valor del dolar; pero subir, suben todos.
Así es que si tomamos los precios promedio de los cuatro primeros meses de este año y los ajustamos por el índice de inflación que las consultoras privadas publican mediante el congreso (porque si lo publican solas la Secretaría de comercio Interior las multa), encontramos que hoy el engordador recibe por sus novillitos un valor sensiblemente menor que el año pasado, por mas que le den mas billetes.
Tan preocupante es esto, como que la tendencia no tiene razones para revertirse. Ni afloja la inflación ni hay chances que el precio suba.
En este contexto, solo quedará volver a revisar los costos de explotación y recortar donde se pueda.
Humildemente, recomiendo oídos sordos a los elogiosos comentarios sobre "el amor por la ganadería" y sandeces por el estilo, que no pagan el impuesto inmobiliario.
La responsabilidad social empresaria comienza por no fundirse y andar dejando acreedores colgados.
Sólo pasto. Grano a los animales enfermos, o muy caídos, o por sequías, o inundaciones grandes. Garrote vil público para los que siembran maíz, para hacer silo, para engordar novillos. Y a los finlot, guillotina hasta los parientes de tercera linea de los dueños. Y esto lo sabemos desde que estaba Lavagna de Ministro, que ahora se hace el ecuánime.
ResponderEliminarDespués que no digan que no hay propuestas coherentes para solucionar problemas. Y dejen de mandar al frigorífico vacas en plena producción.
Estimadísimo, probablemente ya lo hiciste antes, pero los que no entendemos nada de agro necesitamos una explicación APB de por qué pensás que una política 100% exportadora ("sacando las retenciones, los cupos, la cuota de carne para la barata, el atraso cambiario") sería un win-win que no afectaria el consumo interno o, incluso lo beneficiaría. Hablo de retenciones a soja, a carnes, a todo.
ResponderEliminarSe podrá?
Abrazo y felicitaciones por este espacio que es muy interesante.
Don Mario Olea:
ResponderEliminarVenía muy de acuerdo hasta lo de las vacas. Contaban los abuelos que El Pocho prohibió faenar hembras preñadas: Resultado, había que dejar un lote de vacas sin entorar... por las dudas hiciera falta vender. Dicen que el paso siguiente era prohibir la faena de hembras en edad de gestar. Los viejos ya estaban mandando todas las terneras al gancho, cuando llegó la Libertadora/Fusiladora.
Abrazo grande y gracias por comentar.
Federico: Hace rato que le estoy dando vueltas al tema. En breve saldrá el post correspondiente. Se me complica por falta de datos. Este país no es muy amigable con eso de compartir los datos duros.
ResponderEliminarAbrazo y gracias por comentar.
Gracias, se espera ansioso
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