De los precios promedio
durante el primer trimestre del en el mercado de hacienda de Liniers,
podemos hacer algunas observaciones:
Comparados con los
promedios del año 2012, las subas del 7-8%, están lejos
de compensar la pérdida de valor de la moneda. Comparados con los de
2011, mucho menos. La pérdida del valor de la moneda, queda a gusto
del lector. Pongamos que sea un 20% anual, tanto como para no
amargarnos del todo.
En este contexto de
pérdida de poder de compra de la hacienda gorda, quienes mejor se
han defendido son los novillitos livianos y lo que peor lo hicieron,
los novillos pesados.
Esto indica que es
posible que este año se mantenga la tendencia a faenar más terneros
y novillitos, que ya se venía viendo desde el año pasado.
El mercado se
encuentra sobre abastecido de carne y de este modo busca auto
regularse.
Que el mercado está sobre ofertado, se puede sospechar al ver el flojo precio de las vacas. Es eso, o los pobres dejaron de comer carne.
Que el mercado está sobre ofertado, se puede sospechar al ver el flojo precio de las vacas. Es eso, o los pobres dejaron de comer carne.
Al faenarse los
animales más livianos, baja la producción total del sistema, puesto
que la cantidad de terneros está definida de antemano.
Si, por ejemplo, se
exportara mucho mas, esta escala de precios se modificaría. El
aumento en el precio de los pesados eliminaría los incentivos para
faenar terneros y la productividad del sistema total aumentaría.
Por desgracia, eso no es
posible que pase por el momento.
Nadie es demasiado
optimista en que se revierta durante este año el atraso cambiario,
ni la brecha entre el dólar oficial y el paralelo.
Tampoco es esperable
que se bajen las retenciones y se elimine el requisito de enviar
carne a “las baratas”.
De este modo la
exportación seguirá siendo una fracción menor de la producción y
hasta podría ser inferior a la del año pasado si los factores antes
mencionados se intensifican.
En el caso de la
invernada, el avance de los precios ha sido bastante menor a los de la hacienda gorda.
Valores similares a los del año pasado o apenas un 4% mejores.
Comparados con el 2011 un incrementos de 5 o 6%... propiamente: una miseria.
En este contexto de
pérdida de poder de compra de la hacienda de invernada, quienes
mejor se han defendido son los novillitos y terneros pesados y lo que
peor lo hicieron, los terneros livianos.
Esto explica también
la tendencia a faenarse cada vez más hembras, que venía desde el
año pasado también.
El primer modo de
invertir que tiene el criador es el de retener vientres para aumentar
la producción en los años siguientes. En cuanto los márgenes
comienzan a reducirse la inversión se detiene y comienzan a marchar
las terneras a la feria.
El otro modo de
invertir es aguantar los terneros unos meses más en el campo.
Demorar la venta agregando unos kilos en ese lapso.
Los precios indicarían
que esto está dejando de suceder y se mandan los terneros livianos
para bajar la carga de los campos y así bajar los costos.
Esto no es más que
un pequeño recuento de las señales de alerta que vienen apareciendo
desde hace más de un año.
Pero nada es sorprendente.
Las reglas de juego
siguen siendo las mismas que teníamos durante la crisis que atravesó
el sector entre 2007 y 2010. El fenómeno inflacionario (y sus
consecuencias: Tipo de cambio atrasado y desdoblado) pueden
convertirse en un factor tan destructivo como la peor sequía. De
hecho, ya han hecho mermar las exportaciones, casi como cuando era el
estado quien las cerraba a propósito.
Las listas de precios en
Liniers (que desaparecieron cuando desapareció la oferta) hoy en día
está en los supermercados, y no hay nada que evite que vuelvan al
mercado si la oferta sigue creciendo.
Lamento ser pesimista,
pero con estos indicadores no quiero pecar de inocente o vender humo.
La esperanzas de suba del gordo para fines de febrero y marzo, especialmente del pesado, que teníamos a fin de 2012 no se concretaron. Estamos jodidos otro año mas. Y bueno, se vuelve a cumplir eso de que la ganadería siempre tendrá un futuro promisorio. Cachai?
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